El lugar sobre el que les vengo a hablar hoy es el parque Parque Natural de las Bardenas Reales. Sorprendente, no solo por la belleza que encierran sus formas moldeadas por la erosión a lo largo de los años, si no por el lugar en el que se encuentra. Un desierto a tan solo poco más 100 km del lugar que anteriormente les presente, el Nacedero del Urederra y a 70 km de los Pirineos.
La naturaleza se ha encargado durante millones de años de esculpir las diferentes formas en un terreno formado mayoritariamente por arcilla y caliza dándole un aspecto casi lunar. El excursionista tendrá, en ocasiones, la sensación de estar “en otro planeta”.
Las Bardenas Reales, a lo largo de sus 42.500 hectáreas y sus más de 700 Km. de caminos y sendas, son sin lugar a dudas, un lugar peculiary repleto de encanto que nos llevaría todo un año el poder visitar en profundidad. Sin embargo, la visita de sus lugares más característicos se puede realizar en una jornada, visitar el archiconocido Castildetierra, ascender el Cabezo de las cortinillas, con sus 212 escalones de hormigón (Herencia de un antiguo observatorio militar), perderse por la Pisquerra, la Raya y el Rayón.
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